ABB: el desastre continúa

Son las 16:37, y leo: «Los afines a Gerenabarrena rechazan formar parte de la ejecutiva del PNV alavés»
Ayer hacia las 17:30 me dispuse a ir a por mi hijo a la escuela Abendaño. Fuí por la calle Beato Tomás de Zumarraga, como siempre; en bicicleta, como siemjpre; y por la calzada, entre coches, como siempre. A la altura del restaurante Olarizu vi caras conocidas.

En otra época hubiera parado; esta vez, pasé de largo, y tampoco ellos se percataron, o eso creo yo. No acudí a la asamblea decisiva de Erdialde, para la elección del candidato a la presiendcia del ABB, y los candidatos a miembros del ABB. No quería pasar por el pasillo claramente dibujado entre los UNOS y los OTROS. Para eso me quedo en casa, en familia, o me voy con los amigos de potes; es mucho más agradable.

No puede ser que la ideología, la pertenencia a un partido te dé más disgustos que disfrutes. Qué buenas frases las de Churchill («esos de ahí enfrente son tus adversarios; a los enemigos, encuéntralos entre los tuyos«), o la del franquista Pio Cabanillas («¡al suelo, que vienen los nuestros!»).

Hoy, otra sesión más de la Territorial. Otro desastre más. Era mi última oportunidad de acudir a ella como miembro de la Asamblea Nacional. Hace dos años que dejé de acudir, porque es una figura, un órgano interno que no aporta nada. Lo intenté casi a diario como coordinador de los representantes alaveses, intentando crear cierta tensión con los temas que entonces eran candentes. Nada que hacer. La gente acudía -los que acudían a Sabin Etxea- los días de Asamblea Nacional con la comida ya servida. Después de mí tampoco ha dado nada de sí.

Decía que hoy, otra vez, una de bochorno. Nos encontramos con un ABB monocolor. La mitad del Partido en Álava que participa  -porque la que no participa es bastante más numerosa- controlando el ABB, con la otra mitad fuera de ella. ¡Qué desastre! Algunos dirán que hay que tirar con lo que tenemos entre manos; y otros diremos que esto hay que arreglarlo cuanto antes. Es absolutamente imprescindible organizar la vía alternativa -la tercera-, que dé respueata a las dos que hemos tenido actualmente en liza. Igual no me entero de nada, y a nadie le importa lo más mínimo lo que está ocurriendo, pero creo que necesitamos una salida.

Quienes no han querido partiicpar hoy en el nuevo ABB no se retirarán a sus aposentos, sino que darán batalla interna, como antes la dieron quienes ahora detentan el ABB. Hay que dar con la vía alternativa, con la persona que aúne voluntades, porque soy un absoluto convencido de que no hay diferencias ideológicas, de que todo responde a un enfrentamiento -como ya hemos apuntado antes- entre distintas familias, ya muy enfrentadas, sin posibilidades de entendimiento.

A mí no me preocupa que quienes hasta ayer mismo te saludaban con un efusivo beso o con un acalorado apretón de manos, ahora casi te rehuyan. El Partido no es para mí algo fundamental, no vivo de él. Es cuestión de ideología y de tradición familiar. No todo el mundo puede decir lo mismo. Lo llevo viviendo tanto tiempo, que me da mcuha pena lo que veo. Ahora que mi hijo pequeño llega a los nueve años, creo que puedo aportar algo más, y quiero participar en superar este impasse que ya llega a los 15 años. Es hora de ponernos a ello.